Desde pequeña mi pasión por el dulce hizo que en todas mis comidas mi madre creara sencillos postres para que me diera ilusión terminar lo salado y esperar mi recompensa. De esa manera mi relación por los postres fue creciendo y hoy en día cuando salgo a cenar a un restaurante lo primero que veo es la carta de postres y así pondero el espacio que debo dejar para disfrutar un buen dulce o no.
Mis dos profesiones hoy por hoy me ayudan a fusionar lo creativo y lo comestible, de ahí, que realice tartas personalizadas en fondant. En mi larga trayectoria he comprendido que el diseño que le aplicas a una tarta puede o no gustar, generar expectación, ilusión...pero si al probarla no les gusta, el trabajo queda a medias y ese ahhhhh qué bello pero...no me gustó el sabor, crea desilusión, por lo que comprendí que mi trabajo debe llenar al 100% las expectativas de cada persona en cuanto al diseño y al sabor y por eso mi trabajo se basa en la absoluta personalización de mis productos.
También debo enfatizar que he pasado toda mi vida en una dieta perenne en este mundo "sacrificado". Lo primero que te dicen es, olvídate de los postres, las tartas y los bizcochos. Qué desmotivación, Aun así, en mi eterna búsqueda de no vivir sin mi aliciente dulcero, he descubierto un mundo magnífico, saludable y compatible con las dietas y la temida sentencia "estoy a régimen". Por lo que he desarrollado una línea Fit saludable de productos muy ricos, que son una recompensa a un método de dieta que nos imponemos para mejorar nuestra autoestima.
Pon un dulce en tu vida.
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